Salamanca

Como bien se dijo, nos acercamos a la ciudad del Tormes para hacer compras que en la capital no se puede y de paso hacer una visita cultural que esta ciudad bien lo merece.


Tras la comida, ese solomillo al oporto estuvo realmente bien, y de darle a la electrónica comenzamos con la cultura y las piedras.


La exposición sobre la Sección Femenina resultó muy instructiva, algunos no se creían la sumisión femenina tras la Guerra Civil. Aunque lo que más gustó fue la parte dedicada a la Masoneria en la otra exposición sobre la guerra Civil, la del Archivo de marras. La recreación de una logia masonica nos dejó de una pieza. No hay fotos, había cámaras.


Y luego al pueblo de la Santa, a ver las obras a medio terminar y la chapuza.


Aunque también nos encontramos con esos chiringuitos que dentro de poco no se verán en la costa, pero si en las riberas.


De vuelta a casa paramos en un pueblo abandonado, pero no resultó ser así, por los cartuchos de escopeta y la hora que era decidimos poner pies en polvorosa, mientras los culés hacían de las suyas. En el recuerdo su formidable iglesia mudejar.