La noche azul

Ya ha reposado una semana el cuasi-cancelado concierto de la Casa Azul, así que vamos a hablar un poco de ello.
En primer lugar que la entrada fue libre (y menos mal porque los que llevabamos invitación eramos cuatro) y se empezaron a reunir los modelnos y algunos guays. Entramos y lo primero que vimos fue el chiringuito de los tickets para beber cañas en vaso de plastico y etc, ya saben: otio et negotio.


Espera que te espera, amenizada por el que controlaba el tinglado (Auuuua), gentes de toda calaña, abuelos, modelnos citados, gentes normales, enchufados y hasta funcionarios, hasta que empezó el concierto con algo más de una hora de retraso.
Y pluff, el mejor espectaculo de un grupo independiente español. Es complicado no llegar a aburrir cuando solo hay una persona en el escenario y además casi toda la música está pregrabada, pero no, la vista se desviaba a las cinco pantallas, los cinco componentes virtuales de la Casa Azul en acción o las magníficas proyecciones pop que nos ayudaban a corear todas las canciones que repasan su trilogía discográfica, incluida una saltarina versión de Love is in the air.


Me lo pasé en grande, por poner algunos peros diré que el volumen era excesivo, quizá para tapar la mala acústica del Patio Herreriano (obra de Juan de Nates) que me dejó un dolor de cabeza para un par de dias. Y que abusó de los temas a piano que cortaban un poco el ritmo del concierto pero que a los fanes no importó demasiado. Bien por Guille.


Luego disfrutamos poco y pocos de Dj Polar que como siempre nos recordó (a algunos) brillantes canciones pop del panorama musical actual.
Y un saludo nos mandó el Su, que no se pierde una.