Salimos de madrugada para no comernos todo el calor del levante. Fue suave el viaje gracias a las radiales de pago y de ese modo nos libramos de los fitipaldis madrileños.
683 km nos marcó el googlemaps y lo clavó tanto en distancia como en tiempo. Así, tras una parada en la meseta manchega y con pequeño y pequeña sin ganas de conducir, nos dio el primer sopapo de humedad levantina entre hormigón y ladrillo, a eso de las 12 del mediodía. Habíamos llegado al pueblo.
Y sin tiempo de colocarnos el bañador nos encontramos con la primera prueba de fe.
y según comentan incluso puede que tengamos más.
17/7/10
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pequeño!!!!
ResponderEliminarY yo en Mordor, no hay derecho
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