27/4/09

Villalar viendo ruinas

Eso fue. Los Bodegogos nos fuimos con la hipoteca a cuestas a recorrer parajes comuneros y poco cuidados entre las provincias de Valladolid y Palencia. Comenzamos por la Finca Matallana, donde la diputación de Valladolid tiene montado un buen sarao y algunos escarvamos hace años para no encontrar nada. Un lugar muy tranquilo hasta la llegada de hordas de familias con sus infantes que nos espantaron.

Así decidimos acercarnos al castillo de Montealegre, sobrio por fuera, cerrado por dentro. Y por el camino de la ermita a la siguiente parada, en busca de la paz de los futuros despoblados castellanos.

Palacios de Campos, perteneciente a Medina de Rioseco, fue una de las mejores visitas del día. Villa rica en la edad media, todavía se podían imaginar los destellos señoriales del pasado entre sus destartaladas casas y sus calles sin asfaltar. Arriba una portada del siglo XV.

La Iglesia domina la villa, con una portada de finales del XV con no muy buen estado de conservación. Cerrada como todas las que nos cruzamos, el resto del templo presentaba un decente estado. Allí un amable, a la vez que cansino, señor nos explicó el reloj de sol, y media vida suya.

La aparición en la ermita del humilladero, que susto madre!!!!

Y así seguimos por nuestro paseo por el pueblo, rodeados de ruinas. Por lo menos conté no menos de 15 entradas de casas palaciegas, casi todas en muy mal estado, como la superior que de una entrada han hecho media para el corral. Contemplen además la calle original medieval con su solado pedregoso por el que casi nos atropella un rebaño de ovejas.

Siguiente parada: la iglesia de Valoría del Alcor. Y unas pataditas de futbol.

Ampudia nos pareció un pueblo aséptico, visto lo visto. Todo muy arreglado y casi nuevo, además la colegiata estaba abierta. La imagen superior nos recordó que estabamos en el camino comunero.

Y comunera la villa de Torremormojón. Deambulamos alrededor de su imponente iglesia, por la destartalada zona en la que a buen seguro se agrupó parte de su caserio antiguo, hoy demolido.

Por un equívoco aterrizamos en Villamartín de Campos y pudimos deleitarnos con las ruinas de la antigua estación de los ferrocarriles secundarios de Castilla, o tren burra para los amigos. Otro desastre fruto de la dejadez de los vecinos y las instituciones.

Hora de comer y nada mejor que hacerlo en Marbella del Pino, perdon Autilla. Con el mirador de Tierra de Campos al frente, y los chalets parados detrás, otras ruinas pero de nuestro tiempo. Al alcalde se le aprecia.

El plato fuerte: Paradilla del Alcor. Siguiendo la supuesta carretera privada, prohibido el paso, nos allegamos a este paradisiaco lugar. 3 chaletones 3, más otras dependencias, formaban el nucleo urbano. Nadie por ningún sitio y nosotros al castillo.

La mayor vergüenza palentina, de las que conozco, monumento nacional en ruinas y en aumento, pero se estaba bien allí, contemplando un estupendo edificio que en 20 años será cantera para algún rico acendado. La iglesia, sin embargo, estaba impecable.

Ya de vuelta, paramos en Trigueros del Valle, donde nos dió por subir a la iglesia, que estaba cerrada por supuesto.

En el Castillo encontramos pintadas de fans del caudillo.


Y nos volvimos a casa a merendar que tanta ruina no puede ser.
Ay Señor! Que peñazo que he soltau.

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